Lucha en el Tibet: ¿Se le puede llamar lucha?

El Dalai Lama dijo el martes que renunciaría como jefe del Gobierno en el exilio del Tíbet si eso detiene el derramamiento de sangre en su patria, pero China repitió su acusación de que el líder espiritual es el cerebro detrás de un levantamiento violento.

Los funcionarios del líder tibetano, con base en las laderas indias de los Himalayas, dijeron que creen que 99 personas murieron en choques entre fuerzas de seguridad chinas y tibetanos durante la semana pasada, incluyendo 19 de ellas sólo el martes.

Medios estatales chinos dijeron que más de 100 personas se habían entregado a la policía después de participar en los mayores disturbios vistos en casi dos décadas en el Tíbet.

Baima Chilin, vicepresidente del Gobierno del Tíbet controlado por China, dijo que las personas que se rindieron a las autoridades habían sido "participantes y algunos estuvieron directamente involucrados en los golpes, destrucción, saqueos e incendios".

Las autoridades dieron un plazo límite de la medianoche del lunes al martes para que los manifestantes se entregaran o enfrenten mayores castigos si eran atrapados.

El primer ministro Wen Jiabao defendió la campaña de seguridad en Lhasa, capital de la región predominantemente budista del Himalaya, y en provincias chinas vecinas en donde disturbios similares por parte de tibetanos estallaron durante el fin de semana.

"Hay muchos hechos y mucha evidencia que prueba que esto fue organizado, premeditado, planeado e incitado por el entorno del Dalai", dijo Wen en una rueda de prensa en Pekín.

"Esto revela sobretodo que las consistentes afirmaciones del grupo del Dalai acerca de que no persiguen la independencia sino un diálogo pacífico no son más que mentiras", agregó.


DISTURBIOS "ESPONTANEOS"

El Dalai Lama, que en 1959 huyó del Tíbet tras un fallido levantamiento contra el dominio de China, negó las acusaciones formuladas en su contra y dijo que renunciaría como líder tibetano si la violencia se sale de las manos.

"Por favor ayuden a detener la violencia en el lado chino y también en el lado tibetano", dijo el líder espiritual en una rueda de prensa en Dharamsala, al norte de India.

"Si las cosas se salen de control, entonces mi única opción es renunciar completamente", agregó.

El premio Nobel de la Paz ha dicho que no puede renunciar a su rol como Dalai Lama, el líder espiritual reencarnado del budismo tibetano, y ha expresado que no busca la independencia del Tíbet y que en cambio quiere autonomía dentro de China, que en 1950 envió tropas a la región.

Tras varios días de protestas anti China lideradas por monjes en Lhasa, la agitación se volvió violenta el viernes pasado.

Multitudes atacaron a los chinos no tibetanos en las calles e incendiaron tiendas y automóviles, en escenas que posiblemente incomodaron a un liderazgo chino comunista ansioso de presentar una imagen de armonía nacional con vistas a los Juegos Olímpicos de Pekín.

Tenzin Taklha, portavoz del Dalai Lama, dijo que los disturbios se habían extendido rápidamente.

"Fue muy espontáneo", agregó.

El subsecretario de Estado Adjunto estadounidense, Thomas Christensen, dijo en una audiencia de un panel del Congreso de su país que Washington no había visto evidencia de que los disturbios hubieran sido orquestados por el Dalai Lama.

El Gobierno lamentó este miércoles la violenta situación que vive la región del Tíbet desde la semana pasada, pero indicó que respeta la política de integridad china de un solo país, informó la cancillería mediante un comunicado.

"Nuestro país lamenta los recientes hechos de violencia y la pérdida de vidas registradas en Tíbet. Igualmente, hace votos porque esta situación encuentre una vía de solución a través del diálogo entre las partes involucradas", dice el comunicado.

El comunicado agrega que el país muestra "su respeto a la integridad territorial de la República Popular China y reafirma la política de una sola China".

El comunicado tiene un tono similar a otros emitidos por Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña, que han pedido diálogo a las partes pero no han condenado la actitud de China.

Sin embargo, el presidente de la comisión de Derechos Humanos del Senado, Jaime Naranjo, solicitó condenar las acciones chinas y advirtió que "Chile no puede continuar guardando un silencio cómplice".

La Presidenta Michelle Bachelet realizará un viaje oficial a China el 11 de abril y en su agenda estará marcada por temas comerciales e incluirá intervenciones en el foro de Bonao.

Chile y China sostienen un TLC desde hace tres años.